Una década. 3.652 días. Más de 50.000 prototipos de cócteles. ¿Qué se necesita para desarrollar la máquina automática de cócteles perfecta? La respuesta está en la historia de una obsesión por la perfección.

Desde el primer boceto hasta la tecnología líder del mercado: un viaje a través del tiempo, los sueños e innumerables contratiempos.

2014: El momento de la toma de conciencia

Todo empezó con una frustración. Un restaurador se enfrentaba a la tercera cancelación de su camarero en dos meses. Otra vez sin cócteles, otra vez clientes insatisfechos, otra vez ventas perdidas.

"Tiene que haber una forma mejor", pensó. La idea era sencilla: una máquina que mezclara cócteles perfectos. La realización resultó ser una tarea colosal.

Año 1-2: Desilusión - Los primeros prototipos fallaron por completo - dosificación inexacta, sabor miserable - 47 sistemas de bomba diferentes probados - resultados: Cero, pérdidas: elevadas

2016: El primer avance

Tras innumerables fracasos, el punto de inflexión: darse cuenta de que los cócteles son algo más que líquidos mezclados. La temperatura, el orden, el momento, todo es crucial.

Momentos clave: - Desarrollo de una tecnología de dosificación precisa - Primeras pruebas de mojito con éxito - Patente de la tecnología de refrigeración - Los inversores toman nota

Un ingeniero recuerda: "El día que nuestro mojito supo perfecto por primera vez, fue mágico. Tres años de trabajo y de repente funcionó".

2018: La obsesión por la calidad

Fase 3: Perfección en los detalles

Mientras la competencia buscaba soluciones rápidas, el equipo se centró en la calidad. Cada componente se probó cientos de veces:

ComponentePruebas realizadasMejoras
Sistema de dosificación2.84723 iteraciones
Tecnología de refrigeración1.45615 versiones
Software5.23467 Actualizaciones
Pruebas de materiales92312 Cambio material

Resultados de esta fase: - No hay alternativa al acero inoxidable para la longevidad - El software debe ser intuitivo, no complejo - El mantenimiento debe durar un máximo de 5 minutos - Velocidad posible sin pérdida de calidad

2020: Corona como catalizador

La pandemia lo cambió todo. De repente, los restauradores buscaban desesperadamente soluciones independientes del personal. Los años de trabajo de desarrollo dieron sus frutos.

El avance: - Primeros grandes pedidos a pesar del bloqueo - Las ventajas higiénicas se convierten en un argumento de venta - El funcionamiento sin contacto se convierte en estándar - Las ventas aumentan en 400% en seis meses

2022: El reto de la ampliación

El éxito trae consigo nuevos problemas: ¿Cómo producir miles de máquinas con una calidad constante?

Desafíos superados: - Establecimiento de una línea de producción propia - Control de calidad para la producción en serie - Formación de más de 200 técnicos - Infraestructura de servicio en todo el mundo

Hitos de producción:

  • 2022: 500 máquinas
  • 2023: 2.000 máquinas
  • 2024: 8.000 máquinas
  • 2025: 15.000 máquinas (previsto)

2024: La inteligencia artificial revoluciona

La última generación integra IA: - Aprende de cada pedido de cócteles - Optimiza las recetas en función de los comentarios de los clientes - Predicción de los ciclos de mantenimiento - Gestión automática del inventario

Uno de los participantes en la prueba beta declaró: "La máquina sabe qué cócteles se demandan a las 10 de la noche. Prepara automáticamente los ingredientes adecuados".

Las lecciones de una década

¿Cuánto cuesta la perfección? - Tiempo de desarrollo: 10 años - Inversión: 12 millones de euros Prototipos: 247 versiones diferentes - Cócteles probados: 53.247 - Expertos participantes: 89 Ingenieros, camareros, diseñadores

2025: Mirando al futuro

Hoy, 400 personas trabajan en la próxima generación. El objetivo: cócteles que sepan mejor que los artesanales. ¿Utopía? Tras diez años de desarrollo, ya nadie lo cree.

El proyecto para 2025-2030: - Guarnición holográfica: personalización del sabor mediante análisis del ADN
- Sistemas telepáticos de pedidos: cócteles moleculares de la máquina

Diez años, una visión, un sinfín de iteraciones. El resultado: máquinas que mezclan cócteles perfectos. La prueba: a veces la genialidad requiere tiempo.

Del boceto a la perfección: una década de obsesión.